lunes, 30 de marzo de 2009

Voyage, voyage (Continuación, parte III)

Y así, en Buenos Aires, tuve que buscar una nueva forma de conocer todos lugares. Y esa forma fue el cine.
La Dolce Vita, Jules et Jim (y otras películas de la Nouvelle Vague), Paris Je t'aime, 2 days in Paris, The Unbearable Ligthness of the Being. Con Rosellini pude ver un poco de Roma y de Berlín también. También ayudó Anónimo Veneciano de Enrico Salerno. La Segunda Parte de The Godfather. La trilogía de Krzysztof Kieslowski. Michelangelo Antonioni. Ettore Scola. Roman Holiday. Great Expectations (la de los años '40). The third man.
Y estas son sólo algunas películas y directores. Estas son las que se vienen ahora a mi mente. He visto una innumerable cantidad de películas con locaciones europeas. Por lo que ha sido una gran ayuda. Ir al cine me ha ayudado reconocer algunos lugares como si ya hubiese estado ahí.

Ahora con internet, sin querer sonar como una publicidad, ¡es mucho más fácil! Miles de fotos, de sitios turísticos. Existe Google Earth. Existen los vídeos online.
Europa sigue estando lejos, sí, pero ahora se siente un poco más cerca.

De todas maneras, no me arrepiento de esas decisión tomada hace casi seis décadas (por favor, ¡cómo se pasa el tiempo!).

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