miércoles, 11 de marzo de 2009

Siblings: Esteban

Esteban tenía ocho años cuando nací, por lo que la actitud celosa que me dijeron que tuvo con Magdalena, conmigo no apareció.
Me incluyó - cuando pudo - en sus juegos, me dejó que participara de sus experimentos. Me dijo "nena" incluso cuando ya éramos adultos.
Esteban era el único rubio entre las hermanas morochas, lo que siempre fue motivo de mofa. "El gringo de la familia", solía llamarlo mi tío Alejandro.
Si mi hermano no hubiese sido el vívido retrato de mi abuelo Julio, el papá de mamá, mi padre, seguramente hubiese sospechado.
Esteban era mi ídolo, mi héroe. Montaba a caballo como yo nunca sería capaz. Usaba pantalones como yo siempre deseaba. Volvía a casa embarrado, después de una tarde aventuras. Se trepaba a los árboles. Se escondía en la quinta abandonada. Intentaba fabricar un avión.
Yo lo esperaba ansiosa esas tardes en las cuales me vedaban la salida. Y él volvía y mientras mamá le insistía para que por favor se bañase, él me contaba con lujo de detalles lo que había hecho.
Si me parece verlo ahora diciéndome "¿No te imaginás, nena, el susto que nos dimos cuando Carloncho quiso probar el avión desde la terraza de su casa! ¡Te juro que pensé que se moría!"
Yo solía escucharlo fascinada.

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